La identidad cultural de un pueblo se conforma a lo largo del tiempo merced a la combinación de un variado tipo de factores. Uno de los más destacados es el marco natural en el que conviven los ciudadanos de una determinada comunidad. En el caso de Ceuta el mar es, sin lugar a dudas, el elemento más representativo del patrimonio natural de nuestra ciudad. Su propio origen guarda una estrecha relación con el aprovechamiento de los recursos marinos, siendo desde entonces un sector clave en la economía y cultura local.

¡La innata curiosidad del hombre ha alentado multitud de aventuras para descubrir nuevos mundos. Algunos de estos mundos se encontraban al alcance de la mano, pero le eran totalmente inaccesibles. Los fondos marinos figuran en lugar destacados en la imaginación de los hombres desde la antigüedad, surgiendo multitud de leyendas que nos hablaban de fantásticos animales que habitaban en la profundidad de los mares. Poco a poco el hombre fue mejorando su conocimiento del medio marino, a la vez que desarrollaba medios tecnológicos para adentrarse en las desconocidas aguas del mar. Uno de los avances más significativos tuvo lugar con la invención de los equipos autónomos de buceo. Algunos de estos primeros equipos de inmersión llegaron a Ceuta, adquiridos por intrépidos buceadores locales, entre los que figura el recientemente fallecido Juan Bravo Pérez.

La figura de Juan Bravo merece un reglón aparte. Este polifacético ceutí representa una generación de pioneros del submarinismo, muchos de ellos encuadrados en el Club de Actividades Subacuáticas de Ceuta, el conocido CAS. La pléyade de actividades emprendidas por el CAS incluyó la tradicional pesca submarina, a la que se fueron añadiendo con el paso del tiempo, el estudio de la flora y fauna marina, la fotografía y la arqueología submarina. Precisamente fue a esta última disciplina a la que Juan Bravo dedicó su empeño y dedicación. Su aportación al estudio de la anclas en la antigüedad y, en general, a la recuperación de objetos arqueológicos de los fondos marinos de Ceuta, ha sido reconocida por la comunidad científica nacional e internacional.

Si la vertiente investigadora de Juan Bravo merece un unánime elogio, todavía resulta más digna de celebrar su faceta humana. Quienes tuvimos la oportunidad conocerlo apreciamos su extraordinario vitalidad, su entusiasmo, su virtuosismo y, sobre todo, su perseverancia. Por es debemos reconocer el acierto de Antonio Romero Vallejo en promover la confección de una escultura bajo el título de “el empeño de un hombre”. Una obra que entorno la figura de Juan Bravo rinda homenaje a todas aquellas personas cuya pasión ha sido y es el submarino, pues no podemos pasar por alto a la actual generación de buceadores de nuestra ciudad. Algunos han perdido su vida en una actividad no exenta de peligros, pero a la vez cargada de aventura, descubrimiento y amor a la naturaleza. Ellos también merecen un recuerdo emocionado de la todos los ceutíes.

Desde la asociación Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta queremos manifestar nuestro total apoyo al proyecto de Antonio Romero Vallejo, con la esperanza de recabar el necesario apoyo de las administraciones públicas, así como la ayuda económica que puedan prestar las empresas afincadas en nuestra ciudad. Deseamos igualmente que la sociedad ceutí en su conjunto exprese su apoyo a una obra artística como reconocimiento a los exploradores del mar de Ceuta.