Hace escasos días la Fundación “la Caixa”, perteneciente a Caixabank, junto con otras entidades que entraban en su juego, hacían publicidad de su “obra social” en nuestro pueblo, mediante la donación de algunos cheques y un centenar de cestas navideñas. Pero ¿qué hay detrás de esta aparente solidaridad? ¿Puede haber obra social si por otro lado se contribuye a la injusticia social?

Para el Colectivo Ecopacifista Solano Ecologistas en Acción resulta chocante y ofensiva la hipocresía de pirómanos que se quieran hacer pasar por bomberos. Estamos ante una colosal crisis, provocada e inducida por un poder al servicio del capital especulativo, entiéndase, la codicia de los bancos y otras entidades financieras, que han inflado la burbuja del crédito y la inmobiliaria hasta hacerlas explotar, generando paro y miseria. Pese a ello, el poder establecido quiere salir de la crisis a costa de la clase trabajadora y de las clases medias, socializando las pérdidas de los culpables (el mundo de las finanzas), es decir, convirtiendo en públicas las deudas de la banca privada, rescatando con dinero público a los bancos, mientras se realizan recortes brutales que deterioran las condiciones de vida y empobrecen a gran parte de la población, a la par que se eliminan derechos sociales y laborales.

Caixabank, integrada por “la Caixa”, Banco de Valencia y Banca Cívica, apuesta por esa falsa e injusta “salida”. Además, es una entidad financiera que ha utilizado y sigue utilizando prácticas antisociales nefastas, que incluyen las abusivas cláusulas suelo en los préstamos hipotecarios (recientemente se ha conocido que el euribor fue manipulado intencionadamente para permitir el ingresó de millones de euros extras a los bancos), la violencia del desahucio de familias que han empobrecido por la crisis, el secuestro del ahorro -incluso de viejecitos que no sabían firmar- mediante la comercialización sin escrúpulos de productos engañosos como las «preferentes» (cuyo precio fue incluso alterado por “la Caixa” en un 55% por encima de su verdadero valor, según la CNMV) y para colmo la especulación con la deuda del Estado (generada en su mayor parte por el rescate de la banca), todo ello con el objetivo avaricioso de amasar grandes beneficios económicos, mientras contribuye al empobrecimiento y a la asfixia económica de miles de familias. Curiosamente, en todos estos casos, “la Caixa” y las otras entidades integrantes de la actual Caixabank, en vez de actuar mostrando un sentimiento de humanidad y comprensión, han actuado con una maldad brutal y con una avaricia terrorífica, porque han provocado en miles de familias tremendas dificultades económicas y un enorme sufrimiento y dolor, sobre todo, cuando han expulsado de sus hogares a familias enteras -sin tener en cuenta a niños, mayores y personas enfermas- para apropiarse de sus casas y cuando no han aceptado la dación en pago, obligándolas a continuar pagando las hipotecas para cobrar dos veces el mismo préstamo. Ese es el verdadero rostro de Caixabank y eso tiene un nombre: violencia.

Pues bien, ahora esta entidad quiere maquillar esta realidad y presumir de solidaria. Así, la vemos en El Viso del Alcor hacer entrega de cestas de navidad y de varios cheques bancarios a diversas asociaciones visueñas para embellecer su maltrecha imagen y mantener el actual sistema. Y lo lamentable es que no se escuche ni una sola voz crítica y que asociaciones -con el párroco y el Alcalde a la cabeza- se pongan de perfil, olviden todo esto y se presten al juego de “la Caixa”, cuando tenían que ser los primeros en denunciar este fariseismo, porque esas cestas no van cargadas de solidaridad, sino de prácticas bancarias inmorales, generadoras de pobreza y marginación. ¡Ya basta! Llamémosle al pan, pan y al vino, vino.

Desde el Colectivo Ecopacifista Solano Ecologistas en Acción pensamos que si realmente Caixabank quiere hacer solidaridad, lo que tendría que hacer es, en vez de incrementar las bolsas de pobreza, contribuir a la justicia social y convertirse en banca ética. Y para ello, deberían empezar por no ejecutar ni un desahucio más, eliminar las cláusulas suelo, devolver el dinero de las preferentes y dejar de presionar al gobierno para que practique políticas asfixiantes de austeridad y recortes.