El embalse del río Aulencia, en la zona de máxima protección del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama, está colmatado por fangos tóxicos que desde hace años se han acumulado en el vaso procedentes de vertidos urbanos y de la planta potabilizadora de Colmenarejo. Los colectivos ecologistas ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo se han dirigido a la Confederación Hidrográfica del Tajo para que proceda a realizar de forma urgente la limpieza de fangos, la demolición de la presa y posteriormente la restauración del entorno.

La presa del río Aulencia, afluente del río Guadarrama, está situada entre Valdemorillo y Colmenarejo. Fue construida en 1945 para el abastecimiento de las poblaciones de Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo, Brunete y Quijorna. Desde 1975, la presa quedó sin uso al entrar en servicio el embalse de Valvamayor, situado 1,5 kilómetros aguas arriba de aquélla. Durante los años 90 y primera década de 2000 su vaso se vio colmatado por los lodos procedentes de los vertidos realizados desde la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Comenarejo, así como desde su población. En total, unos 300.000 m3 de lodos que ocupan la casi totalidad del embalse.

A raíz de distintas denuncias de colectivos de la zona y de la petición de la (hoy desaparecida) Junta Rectora del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama, en 2005 el CEDEX (organismo público dependiente del entonces Ministerio de Fomento) realizó un estudio de los materiales depositados en el embalse. Este concluía que los materiales encontrados en el embalse correspondían “a residuos de fangos procedentes de la estación depuradora ETAP que trata las aguas del embalse de Valmayor, situada aguas arriba del embalse y de los vertidos procedentes de las aguas residuales que genera el núcleo urbano de Colmenarejo”. Estos materiales se dividían en dos partes diferenciables:
- Suspensión gelatinosa: compuesta fundamentalmente por sulfato de aluminio. Presentaba además cifras considerables de bario, cadmio, cromo, cobre, hierro, manganeso, níquel, plomo, vadanio, zinc, mercurio, bismuto y aluminio. En la fracción acuosa de esta suspensión (97%) se encontró además 74 compuestos diferentes entre los que se destacaban: derivados de decanamida, hidrocarburos alifáticos, alquibencenos, terpenos, ésteres de ácidos grasos; en la fracción sólida fueron encontrados 31 compuestos entre los que se destacaba la presencia de azufre, terpenos, hidrocarburos, ftalanatos y alquil-bencenos.
- Sedimento detrítico: compuesto por agua y materia orgánica en diferente proporción según la profundidad (40-14%); también se han encontrado altos valores de hierro (30%) y fósforo (28%), y en menor proporción, potasio, manganeso y sodio.

Aunque en los últimos años han paralizado los vertidos, la acumulación de fangos en el vaso del embalse continúa. Esta situación puede comprobarse por la aparición de islas de lodos en el centro del embalse, así como por el fuerte olor que se detecta en la zona. De hecho la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha colocado carteles en los últimos años, avisando del peligro por la presencia de fangos tóxicos.

Resulta sorprendente que ni en los documentos del Plan Hidrológico del Tajo en vigor, ni en los nuevos que se encuentran en información pública, no se haga mención al caso del embalse del Aulencia. De esta forma, no se incluyen medidas para la descontaminación, restauración y mejora de este entorno. Todo ello, a pesar que la CHT conoce la situación porque en 2006 ya propuso un proyecto de descontaminación que nunca se ejecutó por el elevado coste e impacto ambiental.

Pero además, la presa con su contenido de fangos representa un peligro para los ecosistemas de la zona, las comunidades de fauna y, también para visitantes. Los colectivos ecologistas consideran inexplicable que después de veinticinco años del inicio de los vertidos, la Comunidad de Madrid tampoco haya promovido ninguna actuación para solucionar el problema, aunque repercute directamente sobre la gestión del Parque Regional del curso medio del Guadarrama.

Desde los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo se han dirigido a la Confederación Hidrográfica del Tajo la limpieza del vaso del embalse, la demolición de la presa y la restauración ambiental del entorno. En este sentido, este pasado fin de semana, se ha realizado una excursión y un acto en la misma presa para informar de los problemas y soluciones posibles a la población de la zona.