Ben Magec–Ecologistas en Acción ha enviado una carta formal dirigida al Consejo de Adminitración de la empresa Grupo Viqueira, radicada en Vigo, para solicitarles formalmente, y de forma argumentada, la retirada del proyecto de hotel para La Tejita.

La federación de colectivos ecologistas ha advertido en su misiva a los directivos de la empresa, de que la respuesta ciudadana esperable en defensa de un espacio tan emblemático como éste supondría un problema para su imagen y, además, para la de la empresa a la que quieran conceder la explotación.

Para ilustrar este hecho, han recopilado toda una serie de artículos de la prensa internacional que recogieron la lucha contra las prospecciones petrolíferas, y les advierten de que las protestas y la mala imagen podría trascender, como sucedió entonces, las fronteras de Canarias y llegar a los países de origen de los turistas que pretenden acoger en estas nuevas instalaciones.

Por último, les han advertido de que “las medidas a adoptar por parte de este amplio movimiento ciudadano que se está despertando van a abarcar numerosos frentes que, normalmente, consiguen ralentizar, incluso paralizar, y encarecer bastante el proyecto”, y les preguntan si no sería “más sano para todos que esta empresa cambiara de parecer y así no pusiera en riesgo ni este paisaje, ni su propia imagen, ni su patrimonio”.

Ben Magec–Ecologistas en Acción les ha hecho llegar esta carta a la sede oficial gallega, a través de correo postal, correo electrónico y las redes sociales.

Carta al Consejo de Administración de Grupo Viqueira

Grupo Viqueira,
C/ López Mora, 56, bajo – 36211 Vigo (Pontevedra)

Estimadas señoras, estimados señores,

Antes que nada, a modo de presentación, queremos informarles de que Ben Magec – Ecologistas en Acción es una federación que aglutina a decenas de colectivos ecologistas de toda Canarias, y que a su vez pertenece a Ecologistas en Acción, uno de los grupos ecologistas más importantes del Estado español.

Esta Federación ecologista se dirige a Uds. para expresar su disconformidad con la pretensión de construir un hotel en la playa de La Tejita en Granadilla, Tenerife, y solicitarles, de forma argumentada y razonada, su retirada o su cambio de emplazamiento.

Comenzaremos recordando que más de 10.000 personas han firmado, en el plazo de una semana, en contra la construcción del hotel denominado Sotavento, que esa empresa que Uds. representan pretenden construir en La Tejita. Solo este hecho debería hacer replantearse su construcción no sólo a quienes toman las decisiones políticas, que también, por supuesto, sino además, a quienes tienen intención de construirlo y pretenden encontrar empresas interesadas en gestionarlo.

El éxito de la recogida de firmas y de las asambleas que se están organizando radica en lo emblemático que resulta este espacio. La playa de La Tejita es un rincón muy apreciado por su gran belleza y, también, por la, hasta ahora, escasa intervención humana que permite disfrutar de un paisaje natural coronado por un Monumento como la Montaña Roja. De hecho, La Tejita es una de las estampas más preciadas de Canarias. Esta isla cuenta con otras muchas playas singulares, de arena o de callaos, pero que están jalonadas de hoteles u otro tipo de edificios. Por ello no es extraño que, precisamente, sea La Tejita una de las playas más admiradas. En ella, la vista y el alma de las y los visitantes, descansan y conectan con este espacio de transición entre la tierra y el mar.

La Tejita es un espacio emblemático para la población residente en Tenerife, y también para los millones de turistas que la visitan. Por eso, una parte importante de las personas que han firmado y que se están movilizando no residen en esta isla. Algunas, ni siquiera residen en Canarias.

No es la primera vez que una empresa retira un proyecto si se demuestra que no va a ser bien acogido por la población. Son muchas las consecuencias que acarrea tal decisión. Entre otras, la mala imagen que tendrán que soportar la empresa constructora y la que se va a encargar de su explotación. Y es que, decididamente, esta mala imagen, en una isla tan turística como Tenerife, trascenderá rápidamente las fronteras del país y llegará, con toda seguridad, a la prensa de los países de origen de los visitantes que pretende recibir el nuevo establecimiento hotelero.

Tenerife, y Canarias en general, cuenta con una población activa y muy habituada a pelear por lo que considera justo, sobre todo por la protección de sus valores naturales. La lucha contra las prospecciones petrolíferas ocupó reportajes periodísticos en países tan dispares como Rusia, EE.UU, Alemania y Reino Unido, entre otros muchos [1]. Contó, también, con el apoyo de los principales touroperadores que operan en Canarias [2], así como con una parte significativa de la patronal hotelera.

En este sentido, es significativo tener en cuenta que, según datos oficiales del último informe anual del Consejo Económico y Social de Canarias, el 7,5 % de las y los turistas que vienen a Canarias lo hacen motivados por sus paisajes naturales, el 12 % por sus playas, y el 31,6 % por el clima. Por lo tanto, y extraído textualmente del citado informe, “estos datos muestran claramente la trascendental importancia que para atraer turistas tienen las variables medioambientales, muy por encima de cualquier otra. Se erigen como un auténtico bien estratégico para Canarias, generadoras de las llamadas rentas de situación, al modo que lo son otras materias primas como el petróleo y los minerales en otras regiones del mundo”. Con ello, queremos trasladarles lo importante que resulta para estas islas preservar los paisajes y los valores naturales que aún conserva, y que encuentran en la playa de La Tejita uno de sus mayores valuartes, cuya importancia emblemática se manifiesta nítidamente tras la rápida respuesta ciudadana que está presentándose tras el anuncio de la construcción de este hotel.

Por último, queremos advertirles de que las medidas a adoptar por parte del amplio movimiento ciudadano que se está despertando van a abarcar numerosos frentes que, normalmente, consiguen ralentizar, incluso paralizar, y encarecer bastante el proyecto. Y ¿no sería más sano para todos que esta empresa cambiara de parecer y así no pusiera en riesgo ni este paisaje, ni su propia imagen, ni su patrimonio?

Les invitamos, pues, a renunciar a la pretensión de construir algo en un espacio tan significativo y tan querido para tantos millones de personas que, a buen seguro, dedicarán lo mejor de ellas mismas a defenderlo.

Esperando tengan a bien atender a esta razonable solicitud,

atentamente,

Ben Magec–Ecologistas en Acción