El 21 de abril se celebró en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ciudad Real el juicio por la muerte en una caja trampa del lince Grazalema, ocurrida en el verano de 2011 en un coto de caza del Campo de Montiel (Ciudad Real). La fiscal y las acusaciones (Gobierno de Castilla-La Mancha y Ecologistas en Acción) aprecian clara responsabilidad en el propietario de la finca, mientras que el acusado alegó que desconocía la existencia de linces aunque reconocía que las cajas trampas carecían de autorización.

La joven hembra formaba parte del proyecto de reintroducción de la especie, en grave riesgo de extinción, llevado a cabo por la Junta de Andalucía y que actualmente tiene continuación en el proyecto LIFE Iberlince, del que también se beneficia Castilla-La Mancha con la liberación de ejemplares en Montes de Toledo y Sierra Morena.

Ecologistas en Acción de Ciudad Real se personó como acusación particular en el procedimiento penal, solicitando 180.000 euros por un delito contra la fauna, previsto en el Código Penal, y por el consiguiente perjuicio al programa de reintroducción y a su financiación. La vista demostró que si bien la colocación de las cajas trampas no tenían como objetivo la captura y muerte de linces reintroducidos, el propietario sabía de su existencia al hallarse la finca en un área crítica para la especie y del consiguiente riesgo de un fatal accidente, como así ocurrió. Las cajas trampas fueron colocadas sin permiso de la Junta y la guardería del coto rara vez las vigiló.

Es cierto que en otras ocasiones la Junta de Castilla-La Mancha, a través del Servicio Provincial de Caza de Ciudad Real, autorizó irresponsablemente el uso de cajas-trampa, pero eso no exime de responsabilidad al titular del coto. La lástima es que no se haya podido imputar a algún responsable de la Administración por haber consentido una práctica tan peligrosa y que afortunadamente ahora está totalmente prohibida en Castilla-La Mancha y en España.

Hasta el momento, ya son al menos 3 los linces muertos en Ciudad Real en los últimos 4 años por causas derivadas de persecución humana (disparo, lazos y cajas trampas), todas ellas vinculadas al empleo de métodos de control de predadores en cotos de caza. Desde Ecologistas en Acción de Ciudad Real esperamos que se haga justicia y se sancione con rigor a los responsables de esta muerte, confiando en que la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural adopte todas las medidas necesarias para evitar la muerte por causas no naturales de nuestros linces, especialmente prohibiendo el empleo de medios de control de depredadores de dudosa selectividad, como los lazos, que siguen autorizándose en zonas potencialmente linceras.

Son hechos que comprometen el éxito de proyectos de conservación que cuentan con importantes fondos europeos y el esfuerzo de diversas entidades implicadas. Instamos, asimismo, al colectivo cinegético a que actúe de manera responsable y se implique en la protección del lince ibérico, eliminando el uso de métodos, como los lazos, que aunque autorizables, son peligrosos para el felino más amenazado del mundo.