La Asamblea General de las Naciones Unidas ha concluido hoy una jornada de dos días en Nueva York para analizar la implementación de un conjunto de resoluciones históricas adoptadas por la Asamblea General durante los últimos diez años en las que le solicitaban a los Estados que actúen en la prevención contra el deterioro de los ecosistemas marinos a través de prácticas de pesca perjudiciales.

Matthew Gianni, de la Coalición para la Conservación de las Profundidades Oceánicas (DSCC), en la que participa Ecologistas en Acción, explicó: “estos estudios llevados a cabo por las Naciones Unidas son importantes para responsabilizar a los Estados de los compromisos que tomaron ante la comunidad internacional para proteger los ecosistemas marinos de los impactos dañinos que causan la pesca”. “Desafortunadamente, lo que hemos aprendido en la jornada de esta semana es que si bien es cierto que ha habido cierto progreso, las resoluciones no se han llegado a implementar por completo después de 10 años”.

Un extenso informe previo a las jornadas que fue preparado por el Secretario General de las Naciones Unidas afirmaba que, “En general, aunque se han tomado numerosas medidas, la implementación de las resoluciones permanece irregular y se necesitan llevar a cabo esfuerzos mayores. A no ser que los interesados realicen las actuaciones oportunas, la sobrepesca de las especies de las profundidades marinas seguirá siendo un hecho constante”.

Dichos descubrimientos son coherentes con el nuevo informe de la Coalición para la Conservación de las Profundidades Oceánicas que salió a la luz esta semana y evaluaba la implementación de las resoluciones en los diez años. El informe reconocía mejoras significativas en la habilidad de cada Estado para prevenir el deterioro causado por las prácticas de pesca nocivas en la última década, pero concluía que la implementación de las resoluciones históricas de la Asamblea General se había quedado corta y dejaba grandes zonas del océano desprotegidas por la práctica pesquera denominada arrastre de fondo.

Duncan Currie, del DSCC, explicó, «Queda bastante claro lo que se necesita para la protección de la biodiversidad marina. La falta de evaluaciones previas debería suponer la inexistencia de la pesca de fondo, y la falta de medidas regulatorias debería suponer la inexistencia de la pesca. Las evaluaciones, el control de existencias marinas y la gestión de la captura incidental son los pilares que sustentan el negocio de la administración de las organizaciones pesqueras, y ya es hora de que esto estuviera solucionado”.

El análisis del DSCC revela que existen áreas significativas donde los requisitos de las resoluciones siguen sin cumplirse ya sea de forma parcial o completa, dejando desprotegidas zonas enormes del mar. Muchas de las evaluaciones de impacto que se han llevado a cabo por pesquerías de fondo en alta mar no coinciden con los estándares acordados a nivel mundial, mientras que la evaluación de los impactos acumulativos no se han producido en ninguna región. Muchas áreas en las que se han identificado ecosistemas marinos vulnerables o con predisposición a serlo, siguen abiertas a la pesca de fondo en alta mar. Esto es así a pesar de las preocupaciones que la ciencia ha hecho patentes repetidamente sobre el impacto destructivo del fondo marino que tiene la pesca de arrastre en las especies, los ecosistemas, la biodiversidad y (más recientemente) en la capacidad de las especies del fondo marino y los ecosistemas basados en sedimentos para capturar y aislar carbono.

Katie Schleit, del centro de Acción Ecológica y miembro de la Coalición para la Conservación de las Profundidades Oceánicas explicó que “la Comisión Evaluadora del Mundo Marino de las Naciones Unidas aseguró que el fondo marino abarca la mayor fuente de biodiversidad del planeta”; “soluciones parciales para áreas tan importantes del patrimonio común no son aceptables. Los Estados y las pesquerías regionales tienen que seguir implementando estas resoluciones de forma urgente”.

Alfred Schumm, del WWF declaró: «Detener las prácticas pesqueras destructivas es un desafío de carácter urgente. Debemos proteger los ecosistemas del fondo marino como los montes submarinos, los cañones submarinos, los terrenos de proliferación de esponjas y los corales de agua fría. Tenemos que impedir que se practique la pesca de arrastre de fondo y otros métodos de pesca destructivos en estas áreas. Sólo prohibiendo estas prácticas pesqueras dañinas y realizando una gestión efectiva podremos reconstruir con éxito los ecosistemas y detener la destrucción de los ecosistemas y las especies marinas más frágiles. WWF está dispuesto a apoyar las innovaciones pesqueras de bajo impacto”.

Traducción realizada por Daniel Montes Esteban, miembro de Traductores en Acción, la red de traductores e intérpretes voluntarios de Ecologistas en Acción.