Tras realizar varias visitas a los lugares indicados (algunas de ellas con los vecinos denunciantes), hemos podido comprobar que se trata de la realización de trabajos forestales que la Agencia de Medio Ambiente y Agua, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio está realizando en el lugar, concretamente en las riberas del meandro de la Vega de El Torno, en las proximidades del Cerro de La Batida.

Estos trabajos son la continuación de los que desde septiembre de 2009 se viene llevando a cabo para la restauración ambiental del cauce del Guadalete en distintos tramos. En lo que al término municipal de Jerez se refiere, a lo largo de estos años se ha intervenido fundamentalmente en el tramo comprendido entre la Ina y La Corta, con especial incidencia en parajes como el Puente de Cartuja, la unión del Guadalete con los arroyos Salado y Buitrago o el Puente de la Greduela, por citar sólo aquellos lugares donde las obras han sido de mayor calado.

No es de extrañar que estas tareas forestales llamen la atención de los vecinos y que en algunos casos, y a primera vista, provoquen su alarma y aún su rechazo, ya que en ellos se interviene con maquinaria pesada para retirar grandes pies de eucaliptos que durante décadas han crecido en el interior del cauce y en las orillas, desplazando paulatinamente a la vegetación natural (sauces, álamos, fresnos…). En otras ocasiones se ha procedido también a la retira de sedimentos que estrechaban el cauce, disminuyendo notablemente en algunos puntos el canal fluvial. Con la eliminación de estos árboles (ajenos al ecosistema del Guadalete) y, en su caso, con la retirada de sedimentos, se mejora notablemente la capacidad de evacuación del río en el caso de grandes crecidas. Estas son las cuestiones que hemos comentado con los vecinos a quienes hemos transmitido también que, en líneas generales, desde Ecologistas en Acción estamos a favor de estos trabajos de restauración ambiental, siempre que se respete la vegetación natural y se trate de recuperar el cauce que presentaba el río antes de que los sedimentos derivados de la explotación de graveras y la invasión de sus orillas por los eucaliptos lo desdibujaran y lo estrecharan.

En los recorridos que hemos realizado por la Vega de El Torno y por las orillas de los Tajos del Infierno y del Peñón de la Batida, creemos que, en líneas generales se está interviniendo en la línea adecuada para contribuir a una progresiva regeneración natural de las riberas. Nos gustaría, no obstante plantear algunas salvedades a modo de propuestas de mejora para sucesivas intervenciones. La primera es que debe respetarse escrupulosamente la vegetación natural (álamos, sauces, fresnos, tarajes..) evitando que la tala de eucaliptos dañe en la medida de lo posible a los pies de estas especies. De la misma manera, deben retirarse del cauce del río las grandes ramas de eucaliptos y los troncos caídos en los trabajos forestales ya que, como hemos observado en algunos lugares, supondrán un obstáculo que acumularán más maleza y lodos, dificultando también la circulación de las aguas. Por último creemos que la Agencia del Medio Ambiente y Agua debe mejorar la información a los ciudadanos de los núcleos de población cercano a los lugares donde se realizan estas obras de restauración ambiental para evitar la alarma social que provoca el ver pilas de troncos talados en los sotos del río junto a las orillas de los caminos.

Ecologistas en Acción apoya estas iniciativas y recuerda que también se precisan otras actuaciones para mejorar el ecosistema fluvial y los efectos de la crecidas. El deslinde y protección del Dominio Público Hidráulico, la mejora de los caminos y desagües inadecuadamente diseñados, la ampliación de la red de drenajes, la reubicación a medio plazo de algunas viviendas construidas en zonas de alto riesgo de inundación, la reforestación de las riberas de afluentes y arroyos en la cuenca de la Vega Baja, la mejora de la red de depuradoras rurales, un mayor control sobre los posibles vertidos de los lavados de áridos en las graveras… son algunas de las medidas que contribuirían a paliar los efectos de las inundaciones y que deben figurar también en un futuro proyecto de recuperación ambiental de las riberas.