• El año 2016 se cierra con una disminución de la superficie quemada, pero con un aumento de 14 a 22 de los grandes incendios forestales que suponen el 50 % en superficie afectada.
  • Ecologistas en Acción lanza un análisis sobre los grandes incendios forestales, los responsables de la mayor superficie quemada y de los daños más graves.
  • Es necesario intervenir selectivamente en las repoblaciones y en los monocultivos forestales para reducir los grandes incendios y la superficie quemada.
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Informe Grandes incendios forestales en España 2012-2016

Ecologistas en Acción, actualizando estudios previos, ha analizado en el informe «Grandes incendios forestales en España 2012-2016. Relación entre los GIF y el tipo de vegetación forestal y propuestas para reducirlos» 95 GIF (grandes incendios forestales) producidos en los últimos cinco años, 17 de ellos ocurridos en 2016. Los datos ofrecen información muy esclarecedora.

Se refuerza el hecho de que las superficies más afectadas por los GIF son espacios forestales artificiales o degradados, sean derivados de repoblaciones o cultivos forestales (40 %) o matorrales (33 %). En los espacios forestales que sufren GIF las especies dominantes son los pinos (58 %), seguidos de distintas especies de matorral, tales como brezos, retamas o jaras (21 %).

Los montes que resultan ser menos afectados por los grandes incendios forestales son, en un 14% de los casos, los bosques naturales bien conservados, principalmente de quercíneas (encinas, robles o alcornoques).

Estos perfiles se ven trasladados a la distribución geográfica. Los GIF son notablemente más frecuentes en el noroeste y centro/norte de España (33 casos), en el Levante (21 casos) o en el centro peninsular (23 casos). Mientras, las zonas menos afectadas por grandes incendios se sitúan en los Montes de Toledo, Sierra Morena y buena parte de las cordilleras cantábrica y pirenaica, en clara correspondencia con la presencia de grandes extensiones de monte mediterráneo y atlántico.

Las Islas Canarias, con cinco casos en el periodo estudiado, suponen una singularidad en este contexto, ya que presentan pinares autóctonos de pino canario, muy proclives a los grandes incendios.

Se demuestra que el buen estado de conservación de nuestros bosques naturales es el mejor instrumento para evitar GIF y que la actuación en las zonas de repoblación o degradadas merecen mayor atención de cara a una mejor prevención.

Aunque el balance del año 2016 que ha publicado el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) ha sido positivo, ya que que la superficie quemada ha disminuido significativamente respecto a 2015 y respecto a la media de los últimos años (pasando de unas 111.400 hectáreas en 2015 a 65.250 en 2016), llama significativamente la atención que los grandes incendios forestales, aquellos que implican daños más catastróficos, hayan aumentado un 57 %, de los 14 que tuvieron lugar en 2015 a los 22 que hubo en 2016.

Los grandes incendios forestales han supuesto más del 50 % de la superficie quemada. Estamos ante una situación crítica que debe ser seriamente abordada en la política de prevención.