Tanto el PNUMA como la Comisión Europea llevan años advirtiendo de que el mercurio representa una seria amenaza para la salud humana y el medio ambiente del planeta, y todas las investigaciones científicas apuntan a que hay que tomar medidas inmediatas que reduzcan los niveles mundiales de este peligroso metal pesado.

En los veranos 2006 y 2007, Ecologistas en Acción y especialistas en mercurio del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de la Universidad de Castilla La Mancha han medido el mercurio en el aire alrededor de las plantas de producción de cloro-sosa de Aragonesas-Ercros en Huelva, Solvay en Torrelavega (Cantabria) y Martorell (Barcelona), Química del Cinca en Monzón (Huesca), Elnosa en Pontevedra y Ercros en Flix (Tarragona).

En todos los casos, los resultados de estas mediciones superan con creces los 300 nanogramos por metro cúbico (ng/m3) recomendados por la EPA norteamericana y los 1.000 ng/m3 recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el agravante de que varias de las fábricas están rodeadas de viviendas y a la orilla de ríos. Estos elevados niveles de mercurio se repitieron en las instalaciones clorocáusticas de Italia y República Checa, lo que sugiere que el caso español no es aislado y que estas empresas emiten al aire cantidades muy superiores a lo esperado y declarado [1].

Resultan especialmente preocupantes los casos de Monzón y Flix, en los que se midieron 20.000 ng/m3 y 4.800 ng/m3 respectivamente, uno a orillas del río Cinca y el otro a orillas del Ebro y rodeado de viviendas habitadas.

La Directiva europea IPPC establece que a partir del 30 de octubre de 2007 todas las industrias deberán utilizar las Mejores Técnicas Disponibles, entre las que no se incluye el proceso con celdas de mercurio. Sin embargo, el acuerdo firmado entre el Ministerio de Medio Ambiente y la industria del cloro autoriza la utilización de esta tecnología hasta el año 2020.

Ecologistas en Acción consideramos inaceptable este plazo y la contaminación que conllevaría. En consecuencia, Ecologistas en Acción solicita que no se siga autorizando una tecnología obsoleta y se inste a la industria del cloro a reconvertir sus procesos y a utilizar tecnologías de producción limpia.

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